Hoy se cumple nuestra primera semana en Costa Rica. Y de acuerdo con nuestros planes, deberíamos estar ya en chanclas en la playa. Sin embargo, seguimos en San José, soportando el ruido continuo de los coches, camiones y autobuses del año del Perico, que pasean por la ciudad. Las 24 horas del día. El ruido es tal que hasta Matilda nos ha pedido si le podemos dejar unos tapones y Frank duerme con los auriculares con cancelación de ruido!.
Pero a pesar de las incomodidades, del ruido y de la polución, hacía tiempo que no me sentía tan viva. Me parece un lujo inmenso desayunar una papaya, andar descalza en la casa, encontrar zumos de fruta natural en cualquier esquina e ir en manga corta. Que la gente te salude por la calle y que todo el mundo sea increiblemente amable y con ganas de ayudar. Abrir la ventana y ver un cielo azul, con unas montañas verdísimas al fondo. Y tener tiempo. Mucho tiempo.
Llevamos tantos meses corriendo de un lugar a otro, intentando terminar todo lo que teníamos pendiente en el trabajo, cerrando la casa, preparando el viaje, que apenas hemos tenido tiempo para nosotros. Desde que hemos llegado, y a pesar de que hemos hecho millones de cosas, los días se nos hacen largísimos. Tenemos tiempo de hacer ejercicios por la mañana, leer o escribir un blog. Lo dicho, un LUJAZO.
Ni hablo de lo que va a ser cuando estemos en la playa, en nuestra hamaquita, viendo y escuchando los pajarillos, en lugar de los autobuses de Tralapa o los camiones de carga que nos pasan por la oreja cada 30 segundos. Pero para saber cómo nos va en esos andurriales, tendréis que leer el blog en español de la semana que viene.
Porque a partir de este sábado estaremos en nuestra casita en la playa, empezando las vacaciones DE VERDAD! Atrás dejaremos los trámites de inmigración, la compra del coche, la apertura de la cuenta bancaria, el contrato de teléfono y todas las demás correrías administrativas (tediosas pero necesarias) que nos han tenido tan ocupados esta primera semana. No veo la hora de empezar las vacaciones!
¡Qué bien! Ganas de leer la próxima entrada, ya desde vuestra hamaca 🙂
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